Todos conocemos en gran medida los hábitos que nos benefician -como dormir bien, hacer ejercicio y comer balanceadamente-, y aquellos que nos perjudican -como beber alcohol, fumar e ingerir cafeína en altas dosis-.
Sin embargo siempre es bueno tener en cuenta otras recomendaciones. Aquí te ofrecemos algunas:
Antes de comer
Si vas a comer frutas o verduras crudas, prepáralas justo antes de comer pues si lo haces con mucho tiempo de antelación, perderán parte de sus nutrientes.
Elige frutas y verduras de la estación ya que serán más económicas, tendrán más nutrientes y son precisamente las que necesita tu organismo en ese momento.
Durante la comida
Ten en cuenta la presentación de tus alimentos: la distribución, la combinación y el orden de éstos. La falta de este cuidado puede provocar que comas en abundancia sin necesitarlo.
Mastica bien los alimentos pues eso facilita la digestión y favorece la absorción de nutrientes.
No comas si no tienes hambre o come muy ligero. El mejor maestro en nutrición es tu propio cuerpo, así que escúchalo. Si comes en demasía la digestión se dificulta, el organismo se debilita por trabajar en exceso y las sustancias que no necesitaba tu cuerpo pueden volverse tóxicas al no aprovecharse.
Nunca comas enojado o triste pues esto afectará la calidad de los alimentos que entran a tu cuerpo. Tampoco comas después de un choque emocional pues esto puede ocasionar que la transformación de los alimentos se desequilibre.
Haz del comer una ceremonia de agradecimiento, alegría y paz.
Después de comer
Para favorecer la digestión, haz alguna caminata o ejercicio ligero después de comer.
Evitar trabajar intelectualmente después de comer pues gran parte de la energía del cuerpo se encuentra enfocada en la digestión.
Trata de no comer entre comidas para que le des a tu sistema digestivo el tiempo necesario para descansar y recuperarse.
Fuente: nutridieta.com
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